Dicen que eres el resultado promedio de las 5 personas que te rodean. Que si lo haces de 5 pesimistas, tú serás el 6to y si te rodeas de 5 Optimistas tú, serás el 6to. Y realmente, siendo objetivos, esto aplica también para nosotros mismos: Ojalá seamos de las personas que aporten crecimiento a los demás y no estancamiento.

Por eso aprovechando este espacio, donde abro mi corazón y escribo mis pensamientos, quiero compartirte una reflexion a la que he llegado de la importancia de estar bien acompañados, incluyendo, nuestra propia compañía.

  1. Tú eres tu primera y más importante compañía: Aprende a disfrutar tu soledad. Si huyes diariamente de ti, con distractores y escapismos (quiero decir “refugios” a los que recurrimos para llenar tiempo y no escuchar las voces internas. Puede ser el trabajo, las fiestas, las películas, una pareja, etc.) entonces es una oportunidad de introspección. Revisar que es lo que inquieta tu corazón y está haciendo ruido. Hacer las paces contigo misma, respetar tus preferencias, tu estilo, tu esencia, eso… eso sí que da paz. De lo contrario, puede que haya quietud externa, pero en el interior hay una tormenta que despierta todo tipo de ansiedades. Busca siempre estar tranquila contigo, para poder brindar tranquilidad a los demás.
  2. Los demás: Aplica para parejas, amigos, socios, etc. Que los temas de interés sean comunes, no necesariamente los puntos de vista. Que la forma de divertirse sea de agrado para ambos, que lo valioso para ti, sea también para la otra persona y que haya respeto, ¡siempre eso! Que aunque se molesten por algo que al otro le parece insignificante, exista la palabra Perdón (porque no sabemos como el otro está asimilando los inconvenientes, si los acumula o los deja pasar, pero todo, todo, toodo, deja huella). Es decir, que te alimente a ti y a tu espíritu, no a tu ansiedad, no a tu punto débil. Rodéate de este tipo de personas. Serán un banquito o sillita en quien te podrás apoyar, para escalar mas rápido.

Así que te invito a que pensemos más allá. No nos quedemos con la satisfacción momentánea. Valoremos lo intangible, el tiempo de calidad, las risas sinceras, las conversaciones de temas profundos, las relaciones que aporten a tu crecimiento personal. Un mar de cosas, que a veces, por el mundo superficial en que vivimos, no adoptamos, pero que necesitamos elegir, para verdaderamente vivir. Es por esto que digo ¡Que los tiempos difíciles, te agarren bien acompañada! ya sea contigo misma o con alguien más.

Con amor,

Lina P.