La madurez no se demuestra al no equivocarte sino en que cuando lo hagas, tengas la capacidad de reconocer que pudiste haber actuado diferente.
Tener “cierta” edad, no es sinónimo de madurez. Hay adultos comportándose y gestionando sus emociones como niños y hay personas, que para su corto tiempo de vida, dan ejemplo de madurez emocional. En cualquiera de los casos, me convenzo cada vez más, de cuán importante es este tema en las relaciones interpersonales.
Es muy difícil construir una relación estable y sana, con una persona que no sepa manejarse ni ser líder en los momentos difíciles. Puede tornar la situación más desgastante de lo que, por su naturaleza, ya puede ser. Paraliza y a los demás inevitablemente, les genera ciertas ganas de tomar distancia. De no involucrarse más con ella/él. La evolución se retarda y los resultados son muy poco visibles. Para mí, es como un terreno infértil (tal vez, un poco radical mi pensamiento) pero evito seguir ahí, tratando de sembrar en un lugar donde no corren aguas de introspección.
Por el contrario, una persona que sabe ponerle el nombre a su emoción, que no intenta buscar culpables, que asume su error y que EN TODO MOMENTO respeta los lïmites sanos de la integridad de todos, hace crecer. Hace sentir que la adversidad es un maestro y no, un motivo para sentir miedo ni inseguridad porque se está confiado, que si se comete un error, existirán las palabras: RECONOZCO y PERDÓN. Nada se pierde, el respeto crece y la admiración del otro aparece. Ahí , las personas que quieren crecer, van a permanecer, porque lo hacen juntas, sanamente.
Ojalá todos tuviéramos la oportunidad de sanar y así ganar la suficiente madurez para reconocer, aceptar los errores y construir de nuevo, con una actitud de aprendizaje. De siempre respetar al otro, de no dañar a los demás por nuestros propios asuntos internos no resueltos.
Las relaciones interpersonales, son complejas. Dejan huellas. Tratemos que siempre estas sean positivas y por eso, para reflexionar en este día, te pregunto: Aún en las situaciones difíciles ¿estás edificando a quien te rodea?
Me encantaría leer tus reflexiones.
Con amor,
Lina P
Lina, Bendiciones.
Excelente reflexiones que nos llevan e invita a mirarnos internamente. El tener la capacidad de perdonar es una decisión que nos fortalece integralmente y se manifiesta en la forma como interactuamos con nosotros mismos, con las demás personas y con el entorno. Jesucristo fue ejemplo de ello.
Hola Angela! Muchísimas gracias por compartirme tu opinión. Es muy cierto lo que comentas, el perdón es vital para la sanidad emocional. Muchas veces no es fácil practicarlo y cuesta mucho tomar la decisión de hacerlo pero trae grandes beneficios, principalmente para nosotros mismos. Un abrazo.