La verdad estoy aún en Shock. Ha pasado una semana. No supero esta noticia. Y quiero aclarar el por qué.

Sí, soy de la generación que creció con la serie FRIENDS. Sí, la ví muchisimas veces y disfrutaba haciéndolo. Pero no, mi shock por su muerte, no es a raíz de ser fan de alguno de ellos como personajes ni de haberlos idealizados. Mi shock es por leer todo lo que el actor Matthew Perry, que le daba vida a Chandler Bing, un personaje sarcastico, irónico y muy divertido, vivía internamente. No entiendo cómo ni de donde sacaba fuerzas para disimular y encarnar a un personaje “feliz”, de forma tan perfecta. 

Leo de sus luchas con el alcohol, con las drogas e incluso el testimonio salido de su propia boca, diciendo que en algunos capítulos llegaba a tomarse 55 pastillas de Vicodin para poder hacerlo. En una de las temporadas, vivía en un centro de Rehabilitación, paralelamente a las grabaciones. Yo, comparo ese testimonio REAL con los capítulos que coinciden con la época y simplemente no lo creo. No se nota, no parece.

Pero mas allá de él y de su situación, reflexiono un poco más y llego a dos conclusiones:

  1. Definitivamente no nos alcanzamos a imaginar las luchas internas que tiene cada persona ni su manera de gestionarlas y procesarlas. Como bien dicen, cada cabeza es un mundo y no sabemos las grietas, valles o montañas que puede tener cada uno al irse formando. 
  2. Quisiera que cada guión de nuestras vidas, sea real. No sólo parecer sino también ser, gestionando el dolor y los vacios existenciales, que a veces aparecen, en una forma que nos acerque cada vez mas a la libertad emocional. Y que lo que mostremos, sea un reflejo de lo que esta dentro nuestro, no un personaje. No una actuación.

Lamento este suceso. Veré con otros ojos la serie: un poco con nostalgia mas allá de su partida sino también con la empatía de tan solo pensar en su propio esfuerzo. Empatía, que debemos sentir diariamente hacia el otro. 

Con amor, 

Lina P.