(Este texto, lo escribí hace ya algun tiempo pero hoy lo quiero publicar nuevamente, por si alguien necesita leerlo)
Que injustos somos con nosotros mismos al dejar a un lado nuestro potencial y nuestros sueños, por el miedo a equivocarnos o peor aún, por el qué dirán, negándonos la oportunidad de vivir a plenitud.
Hace un tiempo solté el deseo y la búsqueda innecesaria de agradar a los demás, en donde le daba mas valía a la opinión de otros antes que a la mía y empecé a disfrutar “descubrirme”. Encontrar cuáles son las habilidades tengo, qué se me dificulta y lo más importante, aceptar que no debo ser buena en todo. Esto, me ha quitado una gran presión denominada «perfección». No soy y no seré nunca perfecta; nadie lo es, aunque sé la frustración que se siente querer llegar a serlo.
Trato siempre de escuchar objetivamente lo que me dicen como retroalimentación para (si es el caso) cambiar o mejorar algo de mi, con determinación, perdonándome en el camino y teniéndome paciencia para evitar ansiedades innecesarias. Lo que llaman: “un día a la vez”. Porque he entendido que un cambio no llega de la noche a la mañana. Toma tiempo para que eche raíces y maduremos en el proceso.
Hoy quiero invitarte a que te tomes el tiempo de escucharte y empieces a descubrir quién eres tú. Este es el primer paso para alcanzar cosas verdaderamente valiosas en tu vida.
Con amor,
Lina P.